Y llegaste a tiempo by Abril Laínez

autor:Abril Laínez [Laínez, Abril]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-03-12T00:00:00+00:00

Capítulo 31

Alba

Continuaba estando sumergida en una especie de niebla que me envolvía; no era capaz de despertar. No podía creerme que hubiéramos podido salir victoriosos del coche.

Había vivido tantos momentos de tensión y de angustia…

Había visto tan cerca el final…

Por momentos, me había imaginado el impacto del coche, o las dificultades para salir de él, o el agua cubriendo nuestros cuerpos.

En el momento en que bajábamos la pendiente con el coche a la deriva estaba convencida de que íbamos a desembocar en alguna balsa gigante de agua y que el agua nos iba a llegar al cuello. Así lo había corroborado José. Aunque, con otras palabras, y con una descripción más precisa del lugar hacia el que nos hubiéramos dirigido, el desenlace hubiera sido el mismo que yo había imaginado.

Esa confirmación había hecho que volviera a aislarme en mis pensamientos y a dejar que mi mente se dirigiera a todas las partes que deseara sin ponerle freno alguno.

Me había llegado incluso a preguntar qué sentido habría tenido vivir una experiencia como la que había vivido con mis dos vidas, para acabar tan rápidamente con una de ellas.

Damien me había anunciado que nos íbamos a duchar y yo solo había sido capaz de asentir con la cabeza.

Vi cómo se desvestía rápidamente para después hacerlo conmigo, aunque de forma más lenta. En ningún momento me sentí incómoda, al contrario, el único lugar en el que deseaba estar era junto a él, y ni siquiera me importaba que sin apenas conocernos compartiéramos tantos momentos de intimidad. Una cosa era lo que la noche anterior habíamos vivido juntos, y otra muy distinta todas esas situaciones que requerían tantas emociones.

Damien me dio la mano y tiró de mí para conducirme al interior del baño. A pesar de mi entumecimiento mental observé su cuerpo desnudo pensando en un buen puñado de elogios hacia él.

Cuando entramos necesité abrazarme a él y así lo hice. Empecé a temblar de nuevo y él enfocó el chorro de agua hacia mi cuerpo haciendo que mis músculos no tardaran en relajarse. Sentí su mano acariciando mi espalda y su erección chocando contra mi abdomen.

Me pareció la escena más increíblemente íntima, extraña y placentera que había vivido en toda mi vida.

No quería ni pensar que él era mi jefe. Tampoco lo había pensado la noche anterior, así que era tarde para lamentaciones.

—Alba, ¿estás mejor?

—Sí, perdona, estoy un poco confundida, no sé qué me pasa.

Me separé de su abrazo y lo miré. Él me escudriñó con la mirada y así permanecimos unos segundos que podrán definirse como mágicos. Y extraños. En mi vida todo lo que estaba ocurriendo últimamente podría definirse con muchos adjetivos, pero siempre acompañados de la palabra «extraño».

No me podía creer que estuviera completamente desnuda en la ducha, abrazada a mi jefe, después de haber compartido con él sexo en mi habitación del hotel, después de haber estado a punto de perder la vida o gran parte de ella, tan solo una semana después de habernos visto por primera vez.

Pero era real.

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